Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.
Jorge Luis Borges
En esta sociedad líquida, rápida, que vive en la contingencia, y en medio de la revolución de las comunicaciones, nadie lee o quizás solo unos pocos. Las personas consumen imágenes rápidas. El 90% de la comunicación actual sonimágenes; lo que se escribe casi no importa. Instagram y TikTok la llevan.
El ser humano actual solo consume imágenes rápidas. De los textos escritos a lo más se ven los titulares o los encabezados en redes sociales. En medio del ruido y de la inmediatez, el acto silencioso y reposado de abrir un libro es poco frecuente. Por ello he decidido reencontrarme con Borges, quien nos ha enseñado que leer no es solo leer, sino que es pensar, imaginar y re-crear; es decir, leer es volver a escribir y escribir una obra nueva. Y lo relata en su magnífico cuento “Pierre Menard, autor de El Quijote”.
Pierre Menard, un oscuro poeta francés, imaginado por Jorge Luis Borges, acomete una empresa sorprendente: reescribir el Quijote de Cervantes, pero sin copiarlo, aunque repitiendo cada palabra del original. Se trata de un cuento paradójico en que lo idéntico se convierte en diferente.
El cuento de Borges lleva la hermenéutica a extremos insospechados, ya que la repetición rigurosa, palabra por palabra, de la obra de Cervantes del siglo XVII, constituye un reconocimiento de la lectura como re-creación.
Menard nos revela que la lectura de un texto no es un acto pasivo, sino un proceso activo y dinámico que (re)crea una obra nueva.
La dinámica entre autor y lector se pone de manifiesto en el Quijote que escribe Menard, cuando repite un fragmento idéntico al escrito por Cervantes: “…la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir” (1).
Ese fragmento, del capítulo 9 de El Quijote, fue redactado en el siglo XVII y, según el narrador de Borges, revela un elogio retórico de la historia. Menard, en cambio, al escribir el mismo texto, de forma idéntica, no entiende la historia como una indagación de la realidad. La verdad histórica no es lo que sucedió en el pasado, sino lo que juzgamos que sucedió.
Ese fragmento de los relatos escritos por Cervantes y Menard, textualmente idénticos, no son lo mismo. Tienen significados distintos, porque han sido construidos en contextos históricos diversos, y los autores tienen orígenes culturales distintos: un español católico, que guerreó contra los moros y es amante de los libros de caballería, no pudo haber escrito con el mismo sentido que escribiría un francés del siglo XX, inscrito en la tradición poética de Mallarmé, quien amaba las letras más que las armas.
No interesaba a Menard plagiar a Cervantes, sino llegar al Quijote desde su propia experiencia. Es que la historia del siglo XX, contexto en que vive Menard, es muy distinta a la del siglo XVII. Y, aunque verbalmente hay una reproducción rigurosa del texto, este no significa lo mismo ya que Menard se encuentra lleno de los valores del siglo XX y de los muchos hechos sociales y políticos que lo configuraron.
En consecuencia, el “robo” letra por letra de Cervantes es radicalmente distinto en su significado porque se lee desde una tradición cultural muy distinta. Y, según Borges, Menard no es un plagiario sino un bienhechor porque nos enseña que los libros pueden tomar tantas formas como las interpretaciones de sus lectores les den.
La extraña empresa de Pierre Menard nos enseña que la lectura tiene una clara dimensión hermenéutica y, por tanto, se alimenta de una reconstrucción histórica, cultural e incluso psicológica. Enseñanza válida no solo para la literatura, sino también para la política.
Que Instagram y TikTok no nos aplasten. Aprendamos de Menard y volvamos a leer. La lectura amplía nuestra perspectiva del mundo y las personas que lo habitan, sus culturas ideas y formas de vida. Los libros del pasado, como El Quijote, nos ayudan a comprender mejor el presente y a reflexionar sobre los eventos y decisiones que han dado forma a nuestra sociedad actual.
Nota
(1) Jorge L. Borges, Pierre Menard, autor de El Quijote. Emecé Editores.
*Roberto Pizarro Hofer es economista y exdecano de la Facultad de Economía Política de la Universidad de Chile.Roberto Pizarro Hofer / Leer es (re)escribir