En este artículo, Jorge Coloma dialoga con el artículo “Individualización y acción colectiva en la nueva modernidad. Repensando la acción política de las izquierdas” de Eugenio Rivera publicado recientemente por el Portal Socialista (ver sección Política-Cambiar el mundo)
Jorge Coloma Andrews, Cientista Social, Dr. Phil.
El artículo de Eugenio Rivera “Individualización y acción colectiva en la nueva modernidad. Repensando la acción política de las izquierdas” nos plantea un desafío teórico significativo, especialmente para reorientar estrategias políticas que contribuyan a superar la perdurabilidad ideológica del neoliberalismo. Orienta tras un objetivo esencial para que las organizaciones que aspiran a ser interlocutores válidos entre la ciudadanía y el Estado comprendan su rol en el actual contexto: la construcción de una concepción moderna del individuo, su relación con la sociedad y la acción colectiva. Entonces, se puede concluir, como el autor, que esta propuesta es especialmente relevante si se quiere combatir la despolitización ciudadana y las narrativas de la ultraderecha. Para ello, es fundamental comprender qué significa hoy el concepto de individualización, sin oponerlo mecánicamente a la solidaridad ni a la acción colectiva. Para ello, es importante reflexionar sobre los contenidos del artículo de Rivera y avanzar algo más allá.
El concepto de individualización debe abordarse tanto en su formulación teórica como en el contexto histórico e ideológico en el que estamos inmersos los autores que acuñan o reflexionan sobre el concepto. Si es posible, despojarlo de cualquier viso tecnocrático (propio de la comprensión neoliberal de la realidad) porque individualización debería entenderse como una categoría histórica. Incluso, se podría postular que el concepto puede estar influido por el pensamiento neoliberal y, en particular, por las ideas de Friedrich Hayek. En Camino de servidumbre y en Individualismo y orden económico, Hayek defiende una noción de individuo autónomo frente a cualquier forma de poder colectivo, incluyendo al Estado y los sindicatos. Aunque esta “sospecha” no invalida el uso del concepto de individualización, sí exige una lectura crítica y contextualizada de su significado.
El esfuerzo que se debe hacer en la evaluación del concepto es el diferenciar individualización de individualismo. El primero se podría entender como efecto de la instalación de un sistema que lleva a una diferenciación social y subjetiva, mientras que el segundo responde a una ideología que aísla al sujeto de sus condiciones materiales. Entendido así, podríamos “apropiarnos” del concepto, reinterpretándolo dentro de una visión crítica de la sociedad, sabiendo cómo opera en un contexto impuesto para inhabilitar la política como mecanismo de solución de conflictos, y a las organizaciones que en su historia representaban propuestas y acciones colectivas.
Quizás por ello, deberíamos tender a recuperar críticamente propuestas que fueron invalidadas por la particular comprensión de ella en sistemas totalitarios. La tesis de Marx en sus Tesis sobre Feuerbach sigue siendo relevante: «No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino el ser social el que determina su conciencia». Esto implica que nuestras ideas surgen bajo las condiciones materiales y sociales en las que vivimos. Las formas de subjetividad, por tanto, no son arbitrarias: están inscritas en matrices sociales que responden a las clases y sus experiencias históricas.
Dicho esto, la invitación es a evitar comprensiones mecanicistas que igualan pertenencia social con desarrollo de personalidades e intereses homogéneos por el solo hecho del lugar de nacimiento y socialización. La diversidad de experiencias, contradicciones y aspiraciones hasta en una misma familia orienta en contra de explicaciones mecanicistas. Entendiendo así la tarea de comprender mejor a los individuos en su contexto social, es importante leer nuevamente a Lucien Séve (2):
Ser capitalista o proletario en una sociedad capitalista no significa simplemente adherir a modelos culturales o cualquier otra motivación psicológica derivada del individuo. No, se trata de matrices de actividad necesaria que imprimen a los individuos características sociales objetivamente determinadas… En otras palabras, las relaciones sociales son absolutamente distintas del comportamiento psicológico, pero dado que son relaciones entre personas, forman matrices sociales en las que necesariamente toma forma la actividad humana concreta. (2)
En otras palabras, las clases imprimen en los individuos «características sociales objetivamente determinadas». La subjetividad se forma dentro de esas matrices, aunque también puede tensionarlas o incluso negarlas.
Entendiendo que la subjetividad se forma dentro de esas matrices, ellas deben ser evaluadas desde una perspectiva crítica, incorporando los aportes de la sociología y la psicología contemporáneas. Ello es clave para representar intereses sociales de manera coherente en un mundo cambiante. La existencia de comunidades con condiciones sociales y económicas compartidas, le dan sentido a la existencia de partidos políticos como mediadores entre la ciudadanía y el Estado.
El desafío que se nos plantea es comprender cómo la individualización se alinea en un escenario donde las organizaciones de clase han sido debilitadas. Esto para poder seguir representando sus intereses colectivos sin obviar la individualización. Esto no implica renunciar a la noción de pertenencia a una clase, sino renovar esta concepción integrando en ella las nuevas formas de individualización y subjetividad que emergen bajo el neoliberalismo. Esta integración ayudará a co-construir una opción política que no quede presa en conceptos mal comprendidos en el pasado, sino que revisándolos críticamente lograr propuestas políticas que realicen una síntesis entre la individualización contemporánea y la pertenencia a una clase social.
Notas:
- Eugenio Rivera, Individualización y acción colectiva en la nueva modernidad. Repensando la acción política de las izquierdas, Abril 25, 2025
- Lucien Séve, Marxismo y teoría de la personalidad, 265,1977 (en alemán)