Parte de la obra está de Erik Olin Wright está dedicada a un enriquecimiento del análisis de las clases sociales en el capitalismo introduciendo, junto a la relación y propiedad de los medios productivos, los lugares que se ocupan en las empresas. y los activos y certificaciones educativas que se poseen.
Su preocupación central, en los últimos decenios de su vida, fue la cuestión de las posibilidades y perspectivas anticapitalistas en el mundo de hoy, dada sus profundas criticas a este sistema más allá de sus evidentes logros en el progreso material y las condiciones de vida.
El texto que se presenta es de su autoría y resume lo que podríamos decir es la gran conclusión de su pensamiento acerca de la pregunta que formula su título y que está tratada en una obra más gruesa y traducida al español.
El texto es muy claro y tiene tres méritos que hacen extremadamente interesante su lectura y reflexión y justifican compartirlo en este Portal Socialista.
1.- A partir de reconocer que históricamente el capitalismo, a través de su desarrollo y dinámica, ha generado también reacciones y anticapitalismo, intenta, a grandes rasgos y con gran claridad, reconocer las formas que ese anticapitalismo ha tomado y en las que ha sido promovido. Con ello genera un gran marco o lente que permite enriquecer la mirada histórica y, lo que más le preocupaba a E.O. Wright, discutir cómo se puede actuar en el presente.
2.- Fundamenta una visión política que, a partir de las categorías usadas para ordenar los tipos de acciones anticapitalistas, combina la necesidad de “domar al capitalismo” con la de “erosionar al capitalismo”. Esto, me parece, tiene el mérito de darle sentido, en la medida en que se combinen, a todo lo que se debe hacer en el cambio y mejoramiento de los sistemas institucionales de la sociedad en aras de la igualdad, el cuidado ambiental, la participación, trabajos más dignos, mejor salud, etc., con todo lo que se debe hacer en aras de crear formas alternativas, asociativas, cooperativas, solidarias “en” y “desde” la sociedad, y que escapan a las lógicas de tipo capitalista en lo socio-organizacional y en lo cultural.
Algo importante, entonces, es que, si tenemos como telón de fondo debates históricos y presentes, para E.O. Wright, no se trata de tener que optar por “domar” o “erosionar” sino por combinar ambos senderos de acciones, lo que abre una interesante pregunta sobre cómo avanzar en ellos y, a la vez, producir sinergias que los potencien mutuamente.
3.- Introduce la idea de “utopía real” que, por un lado, es algo nunca fijado -un orden perfecto al que se llega y hay que defender- sino que es la apertura a lo permanentemente instituyente, a lo nuevo, y, por otro lado, está partiendo siempre desde lo existente que expresa, aunque sea parcialmente, los cambios que es necesario empujar. En este sentido, lo utópico está en potencia en expresiones de lo real que deben ser fortalecidas y, por ello mismo, le dibuja imaginarios y sentidos a lo existente.
Finalmente, cabe agregar que hay temas que pudiesen ser agregados a lo que nos dice este texto. Por ejemplo, cómo entender los “movimientos sociales” dentro de este “doble carril” del “domar” y el “erosionar”, cuestión que podría llevarnos a la idea de que expresaran una “doble ciudadanía” que puja por mejores sistemas institucionales y, a la vez, por generar e instituir nuevas experiencias “por abajo”. O, cómo llamar a ese “anticapitalismo” que evocara una afirmación positiva y no solo negadora. Algunas, entre otras cosas, que quedan para el debate y la accion.
*Raúl González es profesor de Ciencias Sociales (Universidad Academia de Humanismo Cristiano) y miembro del Colectivo Azul-Celeste.