El presente artículo examina de manera crítica la caracterización del gobierno de Gabriel Boric como un “fracaso”, noción ampliamente difundida en el debate político chileno reciente. A partir del análisis de series largas, comparaciones internacionales y puntos de inflexión en indicadores económicos, sociales, educativos y de seguridad, se sostiene que dicha calificación resulta reduccionista y poco consistente con la evidencia empírica disponible. Pese a enfrentar severas restricciones políticas e institucionales, el balance del período 2022–2025 muestra avances significativos en estabilidad macroeconómica, crecimiento comparado, mercado laboral, reducción de la inflación, fortalecimiento fiscal, políticas sociales, educación, salud, vivienda y seguridad pública. El artículo propone distinguir entre crisis heredadas, cambios de tendencia y resultados efectivos de política pública, contribuyendo a una evaluación más rigurosa del ciclo político reciente.
Una de las principales debilidades del debate público sobre el gobierno de Gabriel Boric ha sido la ausencia de análisis en perspectiva temporal. Problemas estructurales —como el aumento de la violencia, el deterioro fiscal pospandemia o el rezago educativo— han sido atribuidos mecánicamente al actual gobierno, pese a que muchos de ellos se originan con anterioridad a 2022.Este artículo sostiene que una evaluación rigurosa del desempeño gubernamental no puede basarse en niveles absolutos ni en fotografías de corto plazo, sino que debe identificar tendencias, puntos de inflexión y comparaciones relevantes. Desde esta perspectiva, numerosos indicadores clave muestran que el período 2022–2025 marca un quiebre significativo respecto de dinámicas negativas acumuladas desde 2019 y, especialmente, durante la pandemia.
Contexto político-institucional y capacidades de gobernabilidad
El gobierno de Boric asumió en marzo de 2022 en un escenario particularmente adverso: inflación elevada, desaceleración económica global, secuelas sociales y fiscales de la pandemia, un Congreso altamente fragmentado y, a poco andar, un proceso constitucional fallido. A ello se sumó un patrón de bloqueo parlamentario que restringió la viabilidad de reformas estructurales profundas, especialmente en materias tributaria, previsional y de seguridad social.
No obstante, un aspecto poco destacado del período ha sido la capacidad de adaptación política y aprendizaje institucional del Ejecutivo. Tras un primer año marcado por tensiones internas y ajustes ministeriales, el gobierno logró estabilizar su coalición, ampliar su base de acuerdos legislativos y sostener una agenda de reformas graduales con apoyo transversal. En términos comparados, mantener gobernabilidad, continuidad institucional y estabilidad económica bajo estas condiciones constituye en sí mismo un logro político relevante.
Desempeño económico, crecimiento comparado y credibilidad fiscal
Uno de los resultados menos visibilizados del período es el desempeño relativo de la economía chilena en el contexto internacional. De acuerdo con proyecciones recientes del FMI y la OCDE, el crecimiento económico de Chile en 2024 y 2025 superará al promedio de América Latina y el Caribe, al promedio de los países OCDE y al crecimiento mundial excluyendo a China e India.
Este resultado adquiere mayor relevancia si se considera que Chile implementó una política fiscal contractiva tras el sobrecalentamiento de 2021, a diferencia de otros países que optaron por ajustes más tardíos o incompletos. El crecimiento proyectado no se explica por estímulos artificiales, sino por una combinación de estabilización macroeconómica, recuperación de la inversión y mejora de expectativas.
La inflación alcanzó un máximo pospandemia cercano al 14 % en agosto de 2022, como resultado del exceso de liquidez acumulado durante 2020–2021. Desde ese peak, la inflación ha descendido de manera sostenida, acercándose al rango meta del Banco Central hacia 2024–2025. Este proceso fue acompañado por una política fiscal responsable: el déficit fiscal se redujo sustantivamente respecto a 2021, uno de los años con mayor desequilibrio fiscal de la historia reciente.
La consolidación fiscal permitió recomponer márgenes de maniobra del Estado, recuperar reservas, reducir la incertidumbre soberana y mejorar las condiciones de financiamiento internacional. Este fortalecimiento de la credibilidad institucional constituye un activo central del período.
Mercado laboral, bienestar material y redistribución
En el ámbito laboral, los indicadores muestran una recuperación completa de los niveles previos a 2019. Tanto el número de personas ocupadas como la tasa de participación laboral alcanzaron nuevamente —e incluso superaron— los niveles anteriores al estallido social y la pandemia.
A ello se suman avances normativos y distributivos de alto impacto: la reducción de la jornada laboral a 40 horas y el aumento del salario mínimo hasta los 500 mil pesos. Un aspecto menos visibilizado ha sido el fortalecimiento de la institucionalidad laboral, expresado en mayor fiscalización, incentivos a la formalización y expansión de derechos sin los efectos adversos sobre el empleo que algunos pronosticaban.
Un dato estructuralmente relevante es que el producto per cápita medido en paridad de poder adquisitivo (PPA) alcanzó el nivel más alto de la historia de Chile, síntesis de mejoras combinadas en crecimiento, estabilidad de precios y empleo.
Políticas sociales: salud, educación y vivienda
En salud, el gasto público aumentó cerca de un 30 % durante el período, fortaleciendo la atención primaria y la capacidad resolutiva del sistema. Los tiempos de espera para cirugías GES y no GES alcanzaron su peak en 2021, durante la pandemia, y han descendido sistemáticamente desde 2022, ubicándose incluso por debajo de los niveles de 2019. El stock de consultas en lista de espera, que aumentó abruptamente en la crisis sanitaria, ha caído año a año desde su máximo en 2022.
En educación, la deserción escolar —que se incrementó de forma significativa durante la pandemia— se ha reducido sostenidamente desde 2022, alcanzando un mínimo histórico en 2024 y proyectándose una cifra aún menor para 2025. Asimismo, un estudio de la Agencia de la Calidad de la Educación muestra que el rendimiento SIMCE de estudiantes de establecimientos traspasados a los Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) es superior al de los no traspasados, con una diferencia particularmente significativa en segundo medio.
El Plan de Emergencia Habitacional constituye uno de los pilares sociales del gobierno. Con un avance cercano al 88% de su meta, no solo destaca por volumen de viviendas, sino también por mejoras en gestión pública, articulación territorial y uso de suelo.
Seguridad, defensa y tendencias de largo plazo
En seguridad pública, el análisis de series largas resulta crucial. Las víctimas de homicidio aumentan desde 2019, alcanzan un máximo en el primer semestre de 2022 y disminuyen desde entonces. En la macrozona sur, la violencia creció entre 2018 y 2021 y cayó de manera sustantiva entre 2022 y 2024, con una reducción cercana al 70 % respecto del peak.
Estos cambios de tendencia se vinculan con un fortalecimiento institucional relevante: creación del Ministerio de Seguridad Pública, aumento récord del presupuesto, aprobación de más de 60 leyes, modernización de capacidades policiales y penitenciarias, e incremento de la inversión en defensa bajo estándares democráticos y de subordinación civil.
La matriz “relato vs. datos” como clave interpretativa
El contraste sistemático entre discurso político y evidencia empírica permite sintetizar el núcleo del argumento:
- El relato opositor se basa en niveles absolutos y coyunturas críticas.
- Los datos muestran puntos de inflexión claros entre 2022 y 2023.
- Muchos problemas atribuidos al gobierno tienen origen previo (2019–2021).
- Se confunde herencia de crisis con desempeño efectivo de gestión.
Matriz de contraste
Relato político dominante vs. Evidencia empírica (Chile 2022–2025)
| Dimensión | Relato dominante / relato opositor | Datos y tendencias verificables | Lectura analítica (policy) |
| Desempeño económico general | “La economía está estancada / el gobierno fracasó” | Proyecciones FMI–OCDE indican que el crecimiento de Chile en 2024–2025 supera a América Latina, OCDE y al mundo excluyendo China e India | No hay estancamiento relativo; Chile se posiciona mejor que sus pares en un contexto global restrictivo |
| Inflación | “La inflación se descontroló” | Inflación alcanza peak pospandemia (14%) en agosto 2022 y luego desciende sostenidamente hacia el rango meta del BC | El gobierno asume en el peak inflacionario heredado y gestiona la convergencia |
| Política fiscal | “Irresponsabilidad fiscal” | Déficit fiscal se reduce sustantivamente respecto a 2021, uno de los peores años fiscales | Consolidación fiscal efectiva tras expansión pandémica |
| Empleo | “Crisis laboral” | Número de ocupados y tasa de participación recuperan niveles pre-2019 | Recuperación completa del mercado laboral tras shock múltiple |
| Ingreso y bienestar | “Empobrecimiento general” | PIB per cápita (PPA) alcanza el nivel más alto de la historia | Mejora estructural del ingreso real promedio |
| Seguridad ciudadana (homicidios) | “Chile es más inseguro que nunca” | Víctimas de homicidio aumentan desde 2019, peak en 1er semestre 2022, luego disminuyen | Cambio de tendencia bajo el actual gobierno |
| Macro-zona sur | “Fracaso total del Estado” | Violencia crece 2018–2021; cae cerca de 70% entre 2022 y 2024 | Punto de inflexión claro, invisibilizado en el debate |
| Salud – cirugías | “Colapso del sistema público” | Tiempos de espera GES y no GES alcanzan peak en 2021 y bajan por debajo de 2019 | Recuperación de capacidad sanitaria pospandemia |
| Salud – listas de espera | “Listas fuera de control” | Stock aumenta en pandemia, cae año a año desde el peak en 2022 | Gestión correctiva sostenida |
| Educación – deserción escolar | “Generación perdida” | Deserción sube en pandemia; desde 2022 cae hasta mínimo histórico en 2024 | Reversión del daño pandémico |
| Educación pública (SLEP) | “La reforma fracasó” | Estudio Agencia de Calidad: estudiantes SLEP rinden mejor que no traspasados, especialmente en 2° medio | Evidencia empírica contradice el juicio ideológico |
| Narrativa general | “Gobierno sin resultados” | Múltiples indicadores muestran reversión de tendencias negativas heredadas | El relato ignora series largas y puntos de inflexión |
Desde esta perspectiva, la matriz “relato vs. datos” no es solo un recurso comunicacional, sino un instrumento analítico que permite reordenar la evaluación del período en clave de políticas públicas.
Del relato de crisis a la evaluación basada en evidencia
Al incorporar series largas, comparaciones internacionales y puntos de inflexión, la caracterización del gobierno de Gabriel Boric como un “fracaso” pierde sustento analítico. En múltiples dimensiones —crecimiento, inflación, empleo, seguridad, salud y educación— el período 2022–2025 marca una reversión de dinámicas negativas heredadas y una recuperación gradual de capacidades estatales.
Ello no implica negar errores, límites o promesas incumplidas. Pero sí obliga a una evaluación intelectualmente más exigente: un gobierno que estabiliza la economía, reduce la inflación desde máximos históricos, recupera empleo y participación laboral, mejora indicadores de seguridad y revierte daños profundos en salud y educación difícilmente puede ser calificado, de manera rigurosa, como un fracaso.
La historia, probablemente, será menos estridente y más justa que el debate político inmediato, y evaluará este período no por el ruido del conflicto, sino por la evidencia acumulada de sus resultados efectivos.