Manuela Espinoza P.
Desde 2007, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha resaltado la relación entre migración, medio ambiente y cambio climático. En 2017, esta entidad realizó un estudio en diferentes localidades de Latinoamérica con similares condiciones climáticas y geográficas para analizar si existen desplazamientos por motivos ambientales.
En Chile, el estudio se realizó en Monte Patria, región de Coquimbo, donde documentaron el desplazamiento de 5.000 personas entre 2006 y 2016, lo que convierte a esta zona en la primera en Chile con migrantes climáticos debido a los problemas y desafíos hídricos que tiene la comuna, especialmente, en aquellas localidades más rurales.
Desde la instauración del modelo neoliberal en el país, existe un Código de Aguas que permite la privatización del recurso hídrico, lo que causa una brecha de desigualdad entre quienes pueden y no acceder a este recurso. En el campo, esto genera una brecha entre los grandes agricultores y aquellos de subsistencia. A esto se le debe agregar, además, los efectos del cambio climático: sequías y aumento de temperaturas.
Las/os pequeñas/os campesinas/os, sin acceso a derechos de agua, tienden a ser el primer grupo forzado a migrar hacia la minería u otras zonas con mayores oportunidades laborales. Sin embargo, existe un grupo vulnerable que, por factores económicos o por apego al lugar, no puede desplazarse, quedando atrapado en condiciones precarias. Este grupo, denominado “atrapados climáticos”, incluye, sobre todo, a mujeres y personas de tercera edad, según el censo de 2017.
Monte Patria no es un caso aislado, tan solo es el único estudiado hasta el momento. A nivel nacional, 194 comunas están en crisis hídrica. Aunque se atribuye el problema al cambio climático, el informe de la Fundación Chile (2019) señala que el principal motivo de los problemas hídricos está relacionado con la gestión y gobernanza del agua.
El país tiene 55 organismos encargados de regular el recurso, lo que genera ineficiencias en la coordinación. Seguimos, como país, operando bajo el Código de Aguas. Solo el 1% del presupuesto nacional se destina a este recurso. Todos estos elementos reflejan la baja prioridad que se le da a la búsqueda de soluciones sostenibles.
Chile ocupa el puesto 18 en estrés hídrico a nivel mundial y el primero en América Latina. Se estima que para 2050, 17 millones de personas en el continente y 50 millones a nivel mundial serán migrantes climáticos.
La situación en Monte Patria es solo un motivo de porqué es urgente repensar la gobernanza del agua y priorizar soluciones que protejan tanto a las personas como al medio ambiente. Hoy debiéramos preguntarnos en esta materia, si los motivos que causan la escasez hídricas no cambian, ¿cuántas localidades en Chile quedarán inhabilitadas para vivir en ellas?